El retorno a la actividad
El medico o fisioterapeuta debe dar el visto
bueno al deportista para retornar a la participación de la competición solo
cuando hayan sido completados todos los estadios del programa de rehabilitación
y haya recuperado sin dolor la completa amplitud de movimiento, la fuerza
normal y el tamaño muscular, la condición física completa, fuerza, flexibilidad
y resistencia cardiovascular, y las habilidades especificas de su deporte.
La reincorporación a su actividad se basa en
la regla del 95 %, esto es, cuando la función del área lesionada está
recuperada al 95 %. Si no hay registros anteriores a la lesión, puede medirse
comparando el miembro lesionado con el opuesto. Cuando se produce una lesión se
tiene que aplicar el método RICE
durante dos días; Reposo, hielo, compresión
y elevación.
Para lesiones de mediana intensidad, los
ejercicios de movilidad deben comenzar en el propio domicilio, al día siguiente
de ocurrir la lesión, o cuando no hay dolor local en el área afectada. El tipo
más común de ejercicios de elasticidad en un programa postlesional de
movilización son los estáticos. La gran mayoría de los deportistas están
familiarizados con las técnicas de estiramientos estáticas porque son las que
usualmente realizan en las sesiones de calentamiento y estiramientos.
La fatiga muscular es una de las principales
causas de reincidencia de lesión, por ello los deportistas lesionados deben
considerar la recuperación de su resistencia muscular como una parte de su
programa de rehabilitación en casa.
Los
mismos ejercicios que desarrollan la resistencia cardiovascular y la fuerza
muscular también puede favorecer la resistencia muscular. Comenzar con
ejercicios de resistencia muscular cuando la fuerza de la parte lesionada sea
del 70 al 80 % de la parte sana.
Otro modo efectivo para recuperar lesiones es
mediante actividades de resistencia repetitivas, como la natación, el remo, el
piragüismo, el esquí de fondo, el pedaleo con los brazos, y otras que requieren
movimientos repetitivos de grandes grupos musculares.
La propiocepción, también queda comprometida
en la lesión debido a la delicada interacción entre el sistema nervioso central
y los músculos, tendones y ligamentos. Con la recuperación propioceptiva
después de una lesión, el atleta será capaz de realizar su deporte o actividad
física más eficientemente, con menos riesgo de lesionarse. Una mala
propiocepción puede conducir a fallos mecánicos o pérdidas repentinas de
coordinación que puede causar lesiones agudas o por sobrecarga.
La última fase antes de reintegrarse al
ejercicio regular es la recuperación de las habilidades específicas al deporte.
Es importante porque la disminución de estas habilidades causadas por una
lesión y el tiempo de inactividad puede abocar el deportista a una nueva
lesión. La técnica inadecuada puede
poner al deportista en peligro. El
momento apropiado de comenzar con las habilidades específicas del deporte
depende de la lesión y del deporte o actividad en cuestión.
Si se hace adecuadamente, la rehabilitación
conseguirá que el deportista se reintegre a su actividad en el menor tiempo,
con el mínimo riesgo de volverse a lesionar y conservando, o incluso mejorando,
su condición física general. La moderna tecnología de rehabilitación y los
nuevos métodos la han convertido en el área más dinámica de los cuidados
deportivos. No obstante, poca importa el grado de sofisticación que ha
alcanzado la rehabilitación si esto no llega al atleta individual. Son demasiados los que no lo toman lo
suficientemente en serio o prestan poca atención a las advertencias que se
les hace sobre el trabajo excesivo. Para lograr el éxito, debe ser hecha
adecuadamente y considerada como una parte integral del manejo de la lesión.
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