El síndrome compartimental
Es una lesión que se caracteriza por la
compresión de los nervios y de los vasos en un compartimiento anatómico, lo que
provoca una disminución del flujo sanguíneo y lesión de los nervios.
Causas:
Las capas espesas de tejido denominadas
fascia separan los grupos de músculos en los brazos y en las piernas. El
contenido de cada capa de fascia, el cual no incluye solamente músculo sino
también nervios y vasos sanguíneos, se define como un compartimento.
La fascia no es flexible, de modo que,
cualquier tipo de inflamación en un compartimento ocasionará un aumento de
presión. Este aumento de presión comprime los músculos, los vasos sanguíneos y
los nervios y si es demasiado alta, el flujo de sangre al compartimento se
bloquea, lo que puede desembocar en una lesión permanente de los músculos y los
nervios y si esta presión dura un tiempo considerable, es posible que la
extremidad tenga que ser amputada.
La inflamación que ocasiona el síndrome
compartimental está asociada con trauma de alta energía, como el que se
presenta en caso de un accidente de tráfico, de una lesión por aplastamiento o
cirugía.
Un yeso tampoco puede expandirse, entonces,
si existe una hinchazón significativa debajo de un yeso, la presión se acumula
y puede ocasionar el mismo síndrome. El síndrome compartimental crónico puede
ser el resultado de actividades repetitivas como correr (síndrome
compartimental de la pierna) o palear (síndrome compartimental del antebrazo),
ya que esta actividad ocasiona un incremento en la presión en un compartimento
únicamente mientras se realiza la actividad. Estas dos actividades repetitivas
son típicas en el piragüismo, ante todo palear, por supuesto, lo que nos deja
claro que en este deporte el síndrome compartimental con el que más nos
encontramos es el del antebrazo.
El síndrome compartimental es más común en la
parte inferior de la pierna y del antebrazo, aunque también puede presentarse
en las manos, en los pies, en los muslos y en la parte superior del brazo.
Síntomas:
-
Dolor intenso.
-
En casos avanzados, disminución de la sensibilidad, debilidad y palidez de la
piel.
Tratamiento:
Muchos de los casos mejoran con masajes y
estiramientos, pero otros requieren un tratamiento quirúrgico llamado fasciotomía, el cual consiste en
realizar incisiones o cortes sobre la fascia o envoltura lo que genera una
descompresión inmediata de los músculos, arterias, venas y nervios. El procedimiento
no es complejo y tiene un éxito entre el 75
% y 95 % de los casos tratados. Sin embargo, la indicación de cirugía
requiere ser estudiada detenidamente en cada caso en particular.
Prevención:
La prevención del síndrome compartimental en nuestro caso, principalmente se basa en la
utilización de una pala adaptada a las características personales de cada palista.
También con un buen calzado deportivo, preferiblemente con mecanismos de
amortiguación como las cámaras de aire para los entrenamientos de tierra.
Evitar la utilización de vendajes demasiado
apretados en las piernas durante la práctica deportiva.
Mantener una disciplina en cuanto a los
estiramientos musculares antes y después de la actividad física. Lo que
permitirá un estiramiento del tejido fibroso e inelástico llamado fascia,
dándole mayor espacio al músculo para desplazarse.
Evitar los choques, utilizando un equipo
protector de alta calidad como las canilleras del balompié, en aquellas
actividades propensas a ello.
En caso de lesiones agudas por accidentes o
traumas directos, lo ideal si la persona no presenta sangrado o fractura es
evitar cualquier tipo de vendaje compresivo y elevar la pierna. La utilización
de vendas calientes o hielo es bastante controvertida, hasta el momento.
Tomando las precauciones necesarias las
posibilidades de sufrir un síndrome compartimental serán mucho menores.
En resumidas cuentas, la utilización del
equipo adecuado, la práctica de ejercicios de calentamiento y el estirar los
diferentes grupos musculares, como también el no excederse en el esfuerzo,
serán medidas suficientes para evitar el síndrome compartimental.