sábado, 8 de diciembre de 2012

REINTEGRACIÓN DEL DEPORTISTA A LA ACTIVIDAD FÍSICA


La idea de que tratamiento y rehabilitación constituyen dos fases distintas en el cuidado de las lesiones deportivas está anticuada. Ambos de llevarse a cabo de manera simultánea.

  La rehabilitación es un procedimiento que comprende ejercicio físico, terapia manual como masaje y manipulaciones, y modalidades terapéuticas tales como el ultrasonido y la estimulación eléctrica, para restablecer con prontitud a un deportista lesionado. Los deportistas que no rehabilitan sus lesiones, es probable que no recuperen la función del área lesionada, y, más probable todavía, que se vuelvan a lesionar. La alta tasa de lesiones en los deportes de ocio, así como los datos que sugieren la probabilidad de reincidencia, refuerza la idea de que si hay lesiones anteriores mal rehabilitadas, será muy probable que vuelva a producirse la lesión.

  La enciclopedia del conocimiento de la recuperación del lesionado es importante para su vuelta a la actividad normal y no solamente para aliviar los síntomas. Además de estar entrenados para restaurar completamente las funciones físicas, los médicos rehabilitadores y los fisioterapeutas, también pueden advertir signos de desajustes psicológicos a causa de la lesión.

Los objetivos de los programas modernos de rehabilitación de las lesiones son:

- Disminuir los efectos indeseables de la inmovilización.
- Estimular la curación.
- Mantener el mejor condicionamiento físico posible que permitan las restricciones impuestas por la propia lesión.
- Restablecer las funciones específicas del deportista.

Minimizar los efectos indeseables de la inmovilización

  La inmovilización es necesaria en los primeros momentos de una lesión, dentro de ese conjunto de reposo, hielo, compresión y elevación. Sin embargo, una inmovilización prolongada puede comprometer toda la recuperación.

  Por cada semana de inmovilización, los músculos pueden llegar a perder alrededor de un 20 % de su fuerza; con seis semanas, la cápsula articular se vuelve más rígida, hasta el punto de que hace falta un esfuerzo diez veces mayor para realizar un movimiento; tras ocho semanas, la vitalidad de los cartílagos articulares del final de los huesos puede que nunca lleguen a recuperar su función previa, y los ligamentos pueden perder hasta el 40 % de su resistencia, cuya recuperación puede llevar hasta un año.

  Por el contrario, la movilización precoz a demostrado que estimula la curación de los tejidos lesionados, evita la formación de adherencias en la cápsula articular y ayuda a mantener la coordinación y la habilidades relacionadas con el deporte. Este tipo de movilización es conocida como rehabilitación agresiva, y se utiliza especialmente para conseguir el retorno seguro a completa participación deportiva. En la actualidad, la mayor parte de los médicos del deporte preconizan la inmovilización limitada de los deportistas lesionados.

  La movilización temprana es importante para mantener la movilidad articular normal y para estimular el movimiento del liquido sinovial dentro de la articulación, lo cual aporta la nutrición imprescindible al cartílago articular.

  La movilización pasiva aumenta también la resistencia de los ligamentos y tendones circundantes. El fisioterapeuta ayudará al paciente a mover la articulación hasta unos niveles tolerables, esta práctica se mantendrá hasta que el paciente pueda mover la articulación sin ayuda, momento en que se inicien los ejercicios de movilización activa. El entrenamiento de fuerza debe comenzar tan pronto como sea posible. Se pueden iniciar casi inmediatamente ejercicios isométricos simples. Tan rápidamente como sea posible, el fisioterapeuta debe ayudar al deportista en su progreso a través del programa de rehabilitación para eliminar el dolor, la inflamación y la rigidez tanto como para restaurar completamente la fuerza, flexibilidad, resistencia cardiovascular y las habilidades específicas para su deporte y condición física.

  En las lesiones menos importantes, la rehabilitación puede comenzar tan pronto como disminuya el dolor inicial y la inflamación, por lo general entre 24 y 72 horas. Son de esperar molestias durante los primeros estadios de un programa de rehabilitación agresiva, y cualquier incremento llamativo de dolor o inflamación inducirá la necesidad de retroceder en el programa.

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