La idea de que tratamiento y rehabilitación
constituyen dos fases distintas en el cuidado de las lesiones deportivas está
anticuada. Ambos de llevarse a cabo de manera simultánea.
La
rehabilitación es un procedimiento que comprende ejercicio físico, terapia
manual como masaje y manipulaciones, y modalidades terapéuticas tales como el
ultrasonido y la estimulación eléctrica, para restablecer con prontitud a un
deportista lesionado. Los deportistas que no rehabilitan sus lesiones, es
probable que no recuperen la función del área lesionada, y, más probable
todavía, que se vuelvan a lesionar. La alta tasa de lesiones en los deportes de
ocio, así como los datos que sugieren la probabilidad de reincidencia, refuerza
la idea de que si hay lesiones anteriores mal rehabilitadas, será muy probable
que vuelva a producirse la lesión.
La enciclopedia del conocimiento de la recuperación
del lesionado es importante para su vuelta a la actividad normal y no solamente
para aliviar los síntomas. Además de estar entrenados para restaurar
completamente las funciones físicas, los médicos rehabilitadores y los
fisioterapeutas, también pueden advertir signos de desajustes psicológicos a
causa de la lesión.
Los objetivos de los programas modernos de
rehabilitación de las lesiones son:
- Disminuir
los efectos indeseables de la inmovilización.
- Estimular
la curación.
- Mantener
el mejor condicionamiento físico posible que permitan las restricciones
impuestas por la propia lesión.
-
Restablecer las funciones específicas del deportista.
Minimizar
los efectos indeseables de la inmovilización
La
inmovilización es necesaria en los primeros momentos de una lesión, dentro de
ese conjunto de reposo, hielo, compresión y elevación. Sin embargo, una
inmovilización prolongada puede comprometer toda la recuperación.
Por cada
semana de inmovilización, los músculos pueden llegar a perder alrededor de un
20 % de su fuerza; con seis semanas, la cápsula articular se vuelve más rígida,
hasta el punto de que hace falta un esfuerzo diez veces mayor para realizar un
movimiento; tras ocho semanas, la vitalidad de los cartílagos articulares del
final de los huesos puede que nunca lleguen a recuperar su función previa, y
los ligamentos pueden perder hasta el 40 % de su resistencia, cuya recuperación
puede llevar hasta un año.
Por el
contrario, la movilización precoz a demostrado que estimula la curación de los
tejidos lesionados, evita la formación de adherencias en la cápsula articular y
ayuda a mantener la coordinación y la habilidades relacionadas con el deporte.
Este tipo de movilización es conocida como rehabilitación
agresiva, y se utiliza especialmente para conseguir el retorno seguro a
completa participación deportiva. En la actualidad, la mayor parte de los
médicos del deporte preconizan la inmovilización limitada de los deportistas
lesionados.
La
movilización temprana es importante para mantener la movilidad articular normal
y para estimular el movimiento del liquido sinovial dentro de la articulación,
lo cual aporta la nutrición imprescindible al cartílago articular.
La
movilización pasiva aumenta también la resistencia de los ligamentos y tendones
circundantes. El fisioterapeuta ayudará al paciente a mover la articulación
hasta unos niveles tolerables, esta práctica se mantendrá hasta que el paciente
pueda mover la articulación sin ayuda, momento en que se inicien los ejercicios
de movilización activa. El entrenamiento de fuerza debe comenzar tan pronto
como sea posible. Se pueden iniciar casi inmediatamente ejercicios isométricos
simples. Tan rápidamente como sea posible, el fisioterapeuta debe ayudar al
deportista en su progreso a través del programa de rehabilitación para eliminar
el dolor, la inflamación y la rigidez tanto como para restaurar completamente
la fuerza, flexibilidad, resistencia cardiovascular y las habilidades
específicas para su deporte y condición física.
En las lesiones
menos importantes, la rehabilitación puede comenzar tan pronto como disminuya
el dolor inicial y la inflamación, por lo general entre 24 y 72 horas. Son de
esperar molestias durante los primeros estadios de un programa de
rehabilitación agresiva, y cualquier incremento llamativo de dolor o
inflamación inducirá la necesidad de retroceder en el programa.
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